Octubre 2015.
¿Sobro yo? ¿O sobráis vosotras? ¿Tal vez sobramos ambas?
La angustia rodea las habitaciones como si siempre hubiera vivido en estas.
Tal vez si lo ha hecho.
O tal vez esa es solo la sensación que crece en mi.
Es tan fácil entender a la gente que dice que haga lo que haga todo lo hace mal.
Yo soy esa que dice algo para herirse a si misma y solo consigue, no sé como, herir a los demás.
Me han robado la identidad.
Y no puedo quejarme.
Porque me quejo sin razón aparente y a la vez, debería quejarme más.
El corazón palpita lágrimas cada vez que susurro la palabra hogar.
Eso, dejó de existir hace unos meses.
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