sábado, 21 de octubre de 2017

En la garganta una arruga

Bebo de mi tristeza,
alimentando el ansia
de mi mente,
de destrozarme,
destruirme,
aplastarme entre sus dientes
siempre voraces de miedo y rabia.

Se me encoje el alma
ante lo difícil de repirar
de existir.

En la garganta una arruga
de miedo,
opresión
y asfixia.

Una bola de cosquillas
cargadas de maldad,
me niega lo evidente.

¿Me odio?
Me odia.

Llueve en mis mejillas.

Pocas cosas duelen más que el olvido.

Mis hombros bailan,
y se estremecen
al ritmo de mi tristeza.

La risa es placer
olvidado y odioso.

Muero por dentro.

Soy una planta a la que siempre se olvidan de regar.

Pero luego yo,
la inundación,
la salvación,
recupero el agua perdida en mi océano de lágrimas;
y la hago mía ,
sanando esa sequía
que me arruina y me seca
cada
día
un
poco
más.

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